jueves, 20 de febrero de 2014

Carta a mamá en el cielo, a seis meses de su partida

Si Dios existe, si la vida después de la vida existe, y si mamá estás en el cielo, entonces tú y Dios saben lo que pasa acá abajo, lo que vivo a diario en Estocolmo, lo que viven mis hijos cuando no estoy con ellos en la escuela.

Entonces sabes lo que viven papá y mis hermanos, mis sobrinos en Venezuela, nuestra familia en México, nuestros amigos regados en ambos países y en el resto de la tierra.

Entonces sabes que te amamos y seguimos perdiendo el sueño por tu ausencia y por vernos unos a otros aún desplomados. Entonces también me ves una y otra vez rescatada en los ojos de mis hijos.

Entonces me ves mirarte cada vez que paso frente a tu foto puesta en la sala de mi casa, junto a las rosas y a las orquideas, frente a la ventana que da al norte; esa foto en la que estás con mi abuela. Me ves hablarles, pedirles sabiduría, aprobación.

Entonces sabes que se me encoge el corazón a la distancia, a la distancia tuya, a la distancia de los míos, a la distancia de lo mío. Que escribo llorando a lagrimas para sacarme esta trizteza y angustia del pecho, porque no hay cuerpo sano que pueda con tanto dolor.

Entonces sabes que pasa en las cabezas y los corazones de la Venezuela que siempre defendiste tanto, procurando mantenerte abierta a las ideas de los que pensaban distinto a tí.

Entonces sabes que pasa realmente, que viene o puede venir, que debemos hacer para procurar lo mejor, que hay que cambiar para hacer de cada una de nuestras vidas la mejor versión posible, con los recursos que tenemos a mano.

Entonces sabes que empiezo a resignarme a tu partida, a la vez que me muero de ganas por declararme loca y recibir una señal tuya, sentir tu presencia, conversar.

Entonces sabes que tu partida ocasionó una revolución inesperada en mi vida y que estoy tratando desesperadamente con todo el corazón de procurar mi felicidad, la de mis hijos, la de mi esposo.

Mamá, te amo, te extraño. Pero si Dios existe eso ya los sabes. Y si él existe, entonces también es cierto que estás en el cielo.

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