lunes, 27 de septiembre de 2010

Perdón!

Faltó mi granito de arena...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Elecciones en Suecia

Suecia es un país socialista y democrático. Las decisiones son tomadas por un parlamento cuyos miembros representan a los partidos que hacen vida en el país, en proporción a los resultados electorales.

Ayer fue domingo de elecciones. El conteo y los resultados finales estarán listos en los próximos tres días, pero los avances están siendo publicados desde la misma noche de cierre. Hay ocho partidos políticos con presencia por encima del 5%, que recibirán espacio en el parlamento, de los cuales uno de izquierda (Partido social demócrata de los trabajadores) y otro de derecha (“Los moderados”) obtuvieron el 60% de los votos a partes iguales. Con esto ya pronosticado, se han establecido dos alianzas: 3 partidos de izquierda y 4 de derecha.

Adivina cual partido viene en ascenso y cual en descenso respecto a las elecciones anteriores de 2006. Si, el partido de izquierda retrocedió y el de derecha aumentó. Otras señales de lo que está en el tapete para los suecos es que también creció el partido que defiende al ambiente y el que insta al control migratorio.

Otra adivinanza: ¿Qué color usan tres de los partidos de “derecha”? Si, azul. Y ¿Qué color usan el partido comunista y el de izquierda más grande? Si, rojo.

Los partidos de extrema izquierda (Vänsterpartiet) y de extrema derecha (Kristdemokraterna) obtuvieron 5,6% de los votos respectivamente. Es decir: No a los extremos! Esta es una visión que parece ir en ascenso a nivel mundial. Buscar el equilibrio y alejarse de los extremos parece ser la búsqueda más importante a nivel personal y social en gran parte del mundo.

Los temas más sonados en las elecciones son la sostenibilidad económica, la generación de empleo, el soporte a trabajadores enfermos, el ambiente y la inmigración.

Un dato interesante sobre el soporte tecnológico es que es posible votar por Internet, así como votar en días previos. De hecho, cerca del 20% de los votantes ya había votado antes del domingo de elecciones.

El asunto ahora es que, según los avances, ninguno de los dos bloques obtendrá suficientes votos para tener mayoría representativa en el parlamento y con ello poder actuar de manera autónoma. En esta ocasión, se necesitan nuevas alianzas más allá de las ya establecidas. Eso o permitir que la balanza sea decidida por el tercer jugador, el partido sueco demócrata, que creció de 2,9% a 5,7% en estas elecciones respecto a las pasadas, obteniendo por primera vez participación en el parlamento con 20 de 349 plazas. Es el único partido sin aliarse, por razones que posiblemente se entiendan inmediatamente a continuación: es un partido llamado racista y rechazado públicamente por los representantes de los otros partidos políticos y está formado por jóvenes cuyo principal propósito será restringir las políticas de inmigración. Tengo entendido que son de ultra derecha (Capitalismo salvaje, como dirían algunos). De este tema de la inmigración te hablaré en otro momento.

Otra cosa que me llamó la atención de estas elecciones es la equidad, la civilización y el apego a las reglas con que se manejan la publicidad y el mercadeo. Previo a las elecciones, todos los partidos tuvieron presencia en todos los medios. Todos menos un comercial televisivo del partido sueco demócrata contentivo de material racista que fue prohibido.

En el centro de la ciudad, a la entrada de la estación central de trenes, algo así como Capitolio o Plaza Venezuela en Caracas, se colocaron stands uno al lado del otro de los distintos partidos. Cada stand tenía gente ofreciendo información a los transeúntes. Cada partido en su espacio esperando a que la gente les pasara enfrente para abordarlos con un volante o una frase.

En la televisión, hubo debates abiertos con partidos y bloques contrarios, entrevistas a los representantes de todos los partidos, tanto en los canales con corazoncito rojo como en los canales con corazoncito azul. Incluso después de concluidas las elecciones, el debate se vuelve más intenso y la gente se muestra más interesada sobre todo por conocer el resultado final, sus implicaciones en el parlamento y en el futuro del país.

En los días previos a las elecciones no vi discusiones acaloradas en el supermercado o camionetas con banderas y música de propaganda a todo volumen. Ni candidatos batiendo las manos en discursos gritados y entonados para entusiasmar a la audiencia. Tampoco vi calles trancadas por cornetas y podios en avenidas principales como la avenida Universidad en el centro de Caracas. Tampoco escuché a locutores o periodistas hablar sobre el estilo, el vocabulario o la imagen de algún candidato o partido. Si vi y escuché entrevistas, discursos, debates y conversaciones donde se criticaban o defendían argumentos ideológicos, con algunas frases destacadas por la entonación, pero nunca por el volumen o por lenguaje pasado de tono. También vi una manifestación organizada por jóvenes de izquierda, antirracistas, rodeados de policias. Ellos cantando y la gente en los alrededores observando o caminando. Me asusté cuando pasé entre dos policias con mis dos bebés y se me cruzó por la cabeza lo que una manifestación de este tipo podía implicar si estuviera en Caracas. Recordé a los muertos de Puente Llaguno y a los muertos de la Plaza Altamira. Entonces se me metió el pánico en el tuétano. Pero afortunadamente solamente en esta ocasión ocurrió en mi mente. Acá una manifestación parece tener una connotación muy distinta a la que yo tengo entendida.

Pero de todo, la cosa que más me fascinó, no te sorprenderá si leíste mi post anterior, es la actitud de los votantes. Los suecos no suelen hablar abiertamente de sus opiniones. Escuchan, se informan, discuten sobre hechos, analizan la información y votan silenciosamente. El voto es secreto para ellos y respetan esto porque respetan que la gente amiga o extraña tenga opiniones distintas sobre algunas cosas. Y votan! Porque al final de cuentas saben que su mayor poder para que en su país las cosas ocurran como ellos mismos piensan que deben ocurrir, es a través de su voto. La participación en estas elecciones fue del 82% y en las pasadas elecciones fue del 80%.

Para mis amigos de Investigación de Mercado y Opinión Pública:

Según SMRN (Skandinavian Market Research News) cuatro empresas consultoras hicieron estudios preliminares: SIFO, Synovate, Demoskop y Novus. Esta última con el mejor pronóstico tanto por partido como por bloque, así como en las pasadas elecciones de 2006. (Ahora son como mi Datanalisis de acá. Ahí es donde quiero recibir trabajo!). Fue la encuestadora que hizo campo más cerca de las elecciones (días -5 al -3 del día de elecciones). La televisión del Estado (SVT – Sveriges Television) encuestó a más de 12 mil personas, pero tampoco obtuvo el mejor pronóstico. Te invito a leer un poco de la actualidad escandinava sobre investigación de mercado en www.smrn.org.

Los suecos son locos de estadísticas. Si te da curiosidad, visita El sitio de la oficina de estadísticas de Suecia en www.scb.se y si no te intimida la gramática sueca, entérate directo sobre los resultados de las elecciones por municipio, edad, sexo… en www.val.se Tienen la mayor parte de material en sueco, pero también tienen información general en Inglés.

Otro dato que mis amigos de opinión pública quizás encuentren interesante o con el que ya están familiarizados es que las encuestas suecas suelen guiarse por estándares internacionales como se puede ver en http://www.cses.org/

Te deseo éxito el próximo 26 de septiembre!

viernes, 17 de septiembre de 2010

Tomando distancia

Mis amigos en Margarita están protestando por los fallos en el servicio de Corpoelec. Otros amigos en Puerto Ordaz lamentan el fatal accidente aéreo de Conviasa.

Quedarse sin el servicio de electricidad, avisando o sin avisar, incomoda a cualquiera; es retroceder ¿150 años?. Morir o perder a alguien por un fallo aéreo es imperdonable.

Pero lo que más me pone a pensar de ambas situaciones son los comentarios de mis amigos. Algunos le echan la culpa al proveedor, otros al gobierno y otros a las personas con actitud pasiva que no exigen calidad de servicio.

¿Por qué tuvieron que perder la vida 17 personas en ese accidente y afectarse las vidas de los que sobreviven aún hospitalizados, de sus familiares, amigos y conocidos alrededor? ¿Por qué tiene medio millón de habitantes en una isla que incomodarse y ceñir su rutina doméstica y productiva a ciertos horarios de servicio de electricidad?

La respuesta a estas preguntas para mi sigue siendo la misma: Actitud. Desde el lider de Conviasa y de Corpoelec, hasta el más pequeño cliente de ambas organizaciones, sostienen una actitud equivocada. Mi amiga Edixa y yo hemos discutido ampliamente sobre la actitud en la vida, y hemos concluido que es la base de todo. Ser felices, ser exitosos, superar un obstáculo, progresar, todo en la vida es cuestión de actitud.

La historia de Venezuela nos pone a cuestas un lastre cultural complejo y rico, con muchas virtudes, pero también defectos como el conformismo y dependencia, que aún hoy en día nos mantiene mentalmente atados de manos. Muchos venezolanos creen que las mejoras, las desmejoras, hasta su propio destino depende de otros. Incluso algunos pueden pensar distinto pero actúan según el patrón aprendido.

Antes de la colonización, hasta hace medio siglo, con estirar la mano desde su chinchorro, el venezolano obtenía el mango o el cambur que le mantenía lo suficientemente alimentado para vivir tranquilamente sin mayores esfuerzos los 365 días del año. Luego, con la colonización se alteró abruptamente la estructura social, trayendo muchas mezclas de raza, que se resumieron más o menos en dos grupos: los “privilegiados” y los “explotados”.

Esta creencia todavía se mantiene prácticamente inalterada en nuestras mentes. Si perteneces al grupo de los explotados estás condenado a servir sin posibilidad de cambiar el status quo. Una creencia frustrante y apaciguadora a la a vez, dependiendo del tipo de persona que eres. Tener la responsabilidad del propio destino puede resultar intimidante para algunas personas. Y es además una lucha obstinada y agotadora en sociedades como la venezolana, donde representa luchar contra la corriente.

Aunque nos intimide la idea, nuestras vidas y nuestra sociedad están en nuestras manos. No desestimo la importancia de Dios en la vida de la gente para guiar, ayudar a llevar las cargas y encontrar aliento en situaciones difíciles. Yo misma me sorprendo algunas veces rezando o hablando con Dios y la Virgen en momentos de angustia o de profunda emoción.

Pero es en nuestras manos y en nuestras mentes que se encuentra la felicidad, el éxito o como le quieras llamar a tu misión de vida. Incluso los que nos quejamos de los otros habitantes que piensan distinto, tenemos el destino social en nuestras manos. Está en mi discutir y convencer a mis cercanos del camino correcto, con el ejemplo, con la acción, con la palabra, con lo que tengamos a mano.

Admiro y apoyo moralmente a mis amigos que se mantienen “en la lucha”, que convencen con la palabra, los hechos y el ejemplo a otros. Yo también quisiera creerme la heroína que se pone al frente de la batalla, que motiva y entusiasma a otros y contribuye a “derrotar al enemigo”.

Pero por los momentos considero que esto tiene un costo personal demasiado alto. Por eso no me atrevo a juzgar a otros que abandonan la pelea. Yo misma me he puesto a 9mil kilómetros de distancia del epicentro, sintiéndome una desertora para mis amigos pero sintiéndome una heroína para mis hijos, mi esposo y para mi destino.

A veces tomar distancia ayuda a ver las cosas en perspectiva. Ganar objetividad para analizar las cosas es bueno, o simplemente revisarse internamente.
Finalmente, te recomiendo leer el libro Outliers, de Malcolm Gladwell. En el dedica un capítulo entero para explicar las causas de los accidentes aéreos y plena el libro de ejemplos para argumentar el poder del entorno, la huella cultural y las circunstancias para definir el porvenir de la gente. Sin dejar de reconocer la importancia de la actitud y aptitudes desarrolladas por personas consideradas triunfadoras como Bill Gates.