martes, 19 de agosto de 2014

Mamá

Hace justo un año murió mamá.

Aún me desubro a ratos resistiéndome a la idea de tu ausencia. Prefiero imaginarte en una nueva dimensión en la que no hay fechas especiales, porque cada instante está hecho para honrar y conmemorar.
Tal vez habrías querido que hoy rezáramos por tí, por el descanso de tu alma, como dice la oración.

De lo que tengo la certeza es que habrías querido sentirte amada y que nos supieramos amados por tí, que apreciaramos tus acciones para nuestro bienestar, y que sintieramos lo supremamente importante que fuimos para tí.

Si de esta dimensión a la tuya llega este mensaje, te digo mamá:
Te amo, te extraño, Gracias infinitas! Te admiro, te tengo presente. Estamos abatidos, pero estamos juntos y nos estamos esforzando para estar bien. Tu partida, como un terremoto, nos ha dado la más grande sacudida y nos ha hecho reflexionar sobre lo que es verdaderamente importante en la vida. Todos estamos ajustando nuestras vidas de acuerdo a esa lección. En tu ausencia física también nos acompañas, nos guías y nos enseñas.

Y si tu lector estás sobre estas líneas y tu madre aún vive, te invito a tomar el teléfono o ir a tu mamá, decirle gracias, te amo y darle un abrazo amoroso.