martes, 26 de octubre de 2010

No te amarres en la red de contactos equivocada

Según mi modesta traducción, este es el título de un artículo publicado en un periódico sueco el 24 de octubre 2010. Pertenece a una serie de artículos basada en el libro Connected (2009) de Nicholas Kristackis y James Fowler, donde parecen explicar (parece para mi porque aun no he leído el libro) que las redes sociales son un gran poder que define nuestras vidas, desde nuestra contextura hasta nuestra felicidad. Y que por lo tanto hay que ubicarse en las redes que contribuyan a aumentar la probabilidad de ser felices, progresar, ser exitosos, ricos, saludables, bellos... Un mensaje distinto pero muy relacionado transmite Malcolm Gladwell en Outliers, en cuanto al poder del entorno.

Todos los medios están hablando sobre el poder del entorno y de las redes de contacto en el destino de las personas. Parece que estamos pasando de la moda de “tu eres el dueño de tu destino” y “el poder está en ti” a “Que suerte la tuya de haber nacido ahí” o en caso contrario “hmmm que lástima”.

En parte me sorprende esta idea. Pero la verdad es que no necesitaba esperar que llegara esta ola de conocimiento para saber que mis redes sociales influyen en mí, con analizar mi propio pasado tuve. Por ejemplo, si no hubiera sido por la recomendación de aquel admirado profesor en la universidad, quizás no hubiera estudiado el postgrado, y entonces no habría recibido un salario 10 veces mejor del que recibía antes. Que ahora con la tecnología esto de “conectarse” sea más fácil y extenso, es otra cosa.

Eso! También la tecnología. Todos hemos volteado nuestras miradas al fenómeno de los medios sociales. Compartir música, imágenes, videos; buscar u ofrecer talentos, compartir información, en fín, comunicarse. Cada medio tiene funciones más desarrolladas que otras según su propósito principal, algunos medios tienen los propósitos mezclados. Y en todos los casos el común denominador es el desarrollo y fortalecimiento de las redes de contacto.

Muchos ya tenemos (y somos activos en) al menos una cuenta en algunos de estos medios (Yo, en Facebook, LinkedIn, y Blogger). Los jóvenes cotidianamente interactúan en sus redes y continuamente alimentan sus cuentas en Twitter, Facebook, Myspace, Flickr, Blogs, etc. Las empresas están procurándose un espacio en los nuevos canales para llegarle más de cerca a sus clientes y/o para no quedarse atrás de la competencia, y en el camino van tratando de asimilar como funciona y que tan rentable puede ser eso de publicitarse en un medio tan poco tradicional como decir Facebook.

Todos los mensajes parecen decirme que tengo que fortalecer mis redes de contacto y, cuidado si no, en la dirección correcta. En dos platos:

1.- Sacar provecho de los medios/redes sociales, y

2.- Seleccionar a las amistades/contactos.

Pero ¿Tengo que ver siempre a mis contactos como potenciales padrinos, clientes o empleadores? Por un momento hago el ejercicio mental y me imagino relacionándome solamente con “contactos deseables”, evitando interactuar con aquellos “contactos” de los que no puedo sacar ventajas tangibles o que no son tan o más ricos, bellos, delgados, felices, prósperos, etc. que yo. Entonces me siento ridícula, absurda, engreída y trepadora, calificativos que para mi tienen una connotación muy pero muy negativa y que me convertirían en un “contacto indeseable”.

Por supuesto que en las oportunidades que tengan cabida, les seguiré pidiendo ayuda a mis amigos y seguiré brindando mi ayuda cuando ellos me lo pidan, pero no hay que perder de vista que todo esto empezó por la necesidad y la posibilidad de alimentar nuestro sentido de pertenencia y compartir afecto.

Así que tengo una contrapropuesta para Don Kristackis, Don Fowler, Don Gladwell y y para el resto de los medios masivos que tratan de convencerme de escoger a mis contactos. ¿Que les parece si me quedo con los contactos que tengo y trabajo con mi motor interno para alcanzar yo misma la belleza, la riqueza y la felicidad que tanto anhelo? ¿Que tal si mantengo los ojos abiertos para contagiarme de todas las cosas que admiro de cada uno de mis contactos actuales, para seguir apreciándolos por lo que son y para aprender de cada uno de ellos la lección que mi limitada capacidad me permita sacar? Fare enough, ah?

martes, 5 de octubre de 2010

Si hoy pudieras hablarte a ti mismo cuando tenías 14 años... que te dirías?

Hace un par de días Tony hizo esta pregunta en Facebook. Al mismo tiempo, Luis Carlos, también en Facebook, se dio a la tarea de escanear y subir viejas fotos de mi cuadra y mis amigos de cuando teníamos de 10 a 20 años.
Hoy te paso la pelota. Te invito a hacer el ejercicio. En mi caso siento que LA PALANCA está en el ambiente mandándome recordatorios, pues hace un par de meses mi sobrino se graduó de secundaria; tiene 17, no 14, pero la pregunta de Tony me llevó de vuelta a la graduación de mi sobrino, a las fotos de Luis Carlos y a mi propia... ¿primera juventud?

Cuando mi sobrino se graduó, le escribí lo siguiente, sin saber que era en cierto modo la respuesta anticipada a la pregunta que me haría Tony (síguelo en cyberpelon):
Se acabó el colegio. ¿Y ahora qué?
Es un momento importante, se aproximan la mayoría de edad y las primeras decisiones realmente propias que lo acercan a uno a la independencia y a la adultez, como que carrera estudiar, a que universidad ir, que hacer con el tiempo libre, que tipo de amigos hacer y frecuentar, etc. Decisiones y vivencias que pueden resultar emocionantes e intimidantes a la vez. Uno puede sentirse un tanto confundido e inseguro, pero también uno se siente joven y poderoso, con ganas de comerse al mundo. Así me sentí yo. Y te digo algo? Vale la pena hacer que esa sensación dure toda la vida. En las ocasiones en que he dejado de sentirme confiada y me he permitido escuchar más a "mis demonios" que a mis "ángeles" no he sido muy feliz. Así que nuevamente estoy convencida y decidida a perseguir mis sueños, trabajar seriamente para lograrlo y disfrutar el recorrido. Pero para ello he tenido que ajustar mi actitud y mi manera de actuar.
Además del carro, la rumba espectacular y el viaje soñado que quisiera regalarte, quiero compartir contigo mis premisas más valiosas. Ojo! no significa que las cumplo impecablemente, pero sin duda son mi filosofía de vida y te aseguro que cuando las aplico soy feliz y me siento complacida. Me parece que algunas de estas cosas ya las aplicas, igual te invito a ponerle ejemplos propios a cada una. Ojala te sean de ayuda:
1. En la vida todo es cuestión de actitud, se vive mejor teniendo una actitud positiva. Eso no significa que a veces uno se enfurezca, se entristezca o se asuste, pero sin estacionarse demasiado tiempo en los pensamientos negativos. Por cierto, tal vez sientas que algunos problemas o angustias te durarán toda la vida. Si es así, no te preocupes, te sorprenderás en el futuro recordándolos como cosas muy lejanas que desvanecieron sin que siquiera lo notaras.

2. Sueña sin límites y trabaja intensamente para lograr lo que deseas con el corazón. Y no permitas que nada ni nadie, ni tu mismo, te hagan dudar de tu capacidad para lograrlo.

3. Todos tenemos varios talentos, identifica ese o esos talentos para los que tienes el mejor “equipo” y enfócate en desarrollarlo al máximo. Será tu boleto al éxito.

4. No nades en contra de la corriente, surfea la ola. Trata de aprovechar las oportunidades que se presentan e insiste en sacar lo mejor de cada circunstancia por más negativa que parezca.

5. Compárate con otros solamente para ubicarte en contexto y decidir si quieres o debes actuar al respecto, pero evita cometer el error de hacerlo para creerte más o menos que otros.

6. Agradece y aprecia las bondades de tu vida, desde las más significativas hasta las más pequeñas. Cuando yo lo hago, me hace sonreir y recuperar el buen humor instantáneamente.

7. No hagas o dejes de hacer nada de lo que puedas arrepentirte en el futuro. Y con esto me refiero a que vivas el presente a plenitud. Hay infinitas cosas por vivir y disfrutar. La felicidad esta en nuestras manos y nada más valioso que el presente para disfrutarla. Karpe diem!

8. Conserva el control de tu destino. Esta bien si cumples las expectativas de tu familia y conocidos, siempre y cuando eso signifique cumplir tus propias expectativas. Si tu te sientes feliz y satisfecho, nosotros estaremos felices por ti y te apoyaremos.
Te deseo todo el éxito y la felicidad de aquí en adelante y cuenta conmigo siempre para apoyarte a mantenerte en ese camino.

Te quiero mucho y estoy muy orgullosa de ti,
Lorena

sábado, 2 de octubre de 2010

Recuperando el look



La verdad es que me gustan mis rulos. Cuando están bien puestos me hacen sentir un poco wild and sexy. Pero innegablemente no son muy corporativos que digamos. Hasta los taxis que tomaba al salir del trabajo en el centro de Caracas me cobraban más barato cuando tenía el cabello rulo que cuando lo tenía liso. Hace meses de eso, con dos bebés pequeños it has been a while desde que dedico tiempo para peluquearme, hacerme las manos, los pies, etc., etc., etc.

Es cierto que las chicas suecas no se arreglan tanto como las venezolanas, pero noj…a! Con 1,80 de alto, delgada, rubia, ojos claros y de cabello liso, ¿Quién necesita ir a la peluquería, invertir de 2 a 4 horas semanales y gastarse los reales que eso representa?

Sin embargo, me sorprende ver que las mujeres en las calles de Estocolmo, sobre todo en las zonas de empresas, andan muy bien arregladas, usan maquillaje tipo natural look con ojos destacados, buenos trajes, accesorios discretos pero siempre presentes, zapatos altos bonitos (a veces gorgeous!) y cabello liso natural, pero bien peinado. Muchas le dan un twist a su atuendo para darle un toque personal y divertido, y en casi todos los casos lucen modernas y muy presentables.

Personalmente estoy buscando trabajo, así que voy a retomar la imagen profesional. Ya desempolvé mi estuche de maquillaje, compré botas nuevas (mama friendly, eso si) y Andreas me regaló un secador Phillips de 1200w y cepillo profesional (Las peluquerías tienen precios prohibitivos acá, además, dudo encontrar quien seque bien estas chichas).


Viniendo de Venezuela está casi demás decir que hace mil años que no me seco el cabello yo misma, pero ante mi nueva realidad, no me queda más que darle de nuevo la bienvenida a las vueltas de muñeca, a las horquetillas, a las gotas de Silicon y al baño de crema semanal. Dejaré la ida a la peluquería para cada 3 meses cuando me corte las puntas y para cuando vaya a Venezuela, junto con las citas médicas.


En mi primer intento de "autoservicio", la muñeca se me cansó desde el primer mechón, pero no paré hasta acabar con todo el cabello, eso si, me quedó esponjadito. Espero que a la décima secada ya le haya agarrado el tumbao.