lunes, 1 de noviembre de 2010

Un libro para buenos padres

A mis amigas mamás y a mis amigos papás les recomiendo el libro "Su hijo, una persona competente" de Jesper Juul .
Juul es danés y su libro se consigue en inglés y también en español. Si les interesa aún más el tema, pueden visitar su familylab-americalatina.org. Llegué a este libro por recomendación de la escuela donde están empezando mis niños.
Para mi como mamá e incluso como persona son muy llamativas las diferencias en el tratamiento que se da a los niños acá en Suecia en comparación con lo que estoy acostumbrada a ver en Venezuela. Por lo que he percibido, la "manera escandinava" tiene generosas ventajas en la salud mental y emocional de los niños, por eso decidí comprar esté libro. Apenás he leído una quinta parte y desde el principio quedé enganchada con los ejemplos cotidianos y algunos extremos de diversas culturas, incluso la latinoamericana se ve reflejada; algunas costumbres que sin uno saberlo afectan negativamente al niño.
Para los que nos criamos a la manera latina (sobreprotectora y jerárquica), aprender a ver y tratar a nuestros hijos como personas, con gustos, personalidad propia y respetarlas por eso, representa un esfuerzo extraordinario ¿Cómo puede saber mi hijo mejor que yo lo que es bueno para él? ¿Cómo puede ser malo que le limpie la boca si la tiene sucia? No se me había ocurrido pensar que con un poco de paciencia y práctica ellos son capaces de limpiarse la boca, las manos, los dientes, comer solos con cubiertos desde bebés, morder solos una manzana entera; que no hace falta gritarles y mucho menos darles la "inocente" nalgadita para que obedezcan.
Mis hijos han sido el compromiso y el proyecto más complejo y retador que hubiera podido imaginar en la vida hasta ahora, mucho más que el cliente o el jefe más exigente que haya tenido. Es por ellos que estoy en este proceso de asumir la maternidad desde una nueva perspectiva, que de paso me salpica con crecimiento personal y algunas destrezas que quizas me sirvan en otros ámbitos. Requiere asumir una actitud más exigente porque representa paciencia, esfuerzo conciente permanente y auto observación, pero tiene su pay off: cada vez que sigo los pasos, mis hijos responden sorprendementemente de manera positiva. Entonces se que se están criando en un ambiente de seguridad emocional, lo que les permite ser felices y convertirse en el futuro en adultos más felices y satisfechos.

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